"En la cárcel se rompe la odiosa dicotomía entre lo
público y lo privado. Se rompe con la odiosa estructuración social del
aislamiento. Por ello es el único lugar donde es posible la amistad. Una
amistad que dura lo que dura el tiempo de prisión.[...] Se ve que la cárcel es
el útero materno y fuera de él, el yo se fortalece y empieza por lo tanto la
guerra más inútil y más sangrienta: la guerra por ser yo, para lo que haría
falta que el otro no existiera. Esto es lo que origina el intercambio de
humillaciones que más que el intercambio mercantil, es lo que estructura la
sociedad actual"
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